Verso 1
Paz, dame de tu paz
Tormentas cesarán
Al oír tu llamar
Paz en la adversidad
Las olas calmarás
Tu poder lo hará
Coro
Cristo, Cristo
La oscuridad tiembla ante
Cristo, Cristo
No temeré
Cristo, Cristo
La oscuridad tiembla ante
Cristo, Cristo
Verso 2
Hoy sopla viento en mí
Que te adore a ti
Otra vez cantaré
Puente
Con tu poder las tinieblas vencerás
No hay otro nombre igual
Tú vivo estás, exaltado en majestad
No hay otro nombre igual
Bendito sea Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y por siempre.
Amén.
Dios omnipotente,
para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos conocidos y ningún secreto encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones con la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente celebremos tu Santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oíd lo que dice Jesucristo nuestro Señor: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente. Este es el primero y el grande mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, ten misericordia de nosotros
Señor, ten misericordia de nosotro
El Señor sea con vosotros.
Y con tu espíritu.
Oremos.
Dios todopoderoso, danos gracia para despojarnos de las obras de las tinieblas y revestirnos con las armas de la luz, ahora en esta vida mortal, en la cual Jesucristo tu Hijo, con gran humildad, vino a visitarnos; a fin de que en el día postrero, cuando vuelva con majestad gloriosa a juzgar a vivos y muertos, resucitemos a la vida inmortal; mediante él, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
Amén.
El monte del Señor
2 Palabra que Isaías hijo de Amoz recibió en visión acerca de Judá y Jerusalén:
2 En los últimos días,
el monte de la casa del Señor será establecido
como el más alto de los montes;
se alzará por encima de las colinas,
y hacia él confluirán todas las naciones.
3 Muchos pueblos vendrán y dirán:
«¡Vengan, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob!,
para que nos enseñe sus caminos
y andemos por sus sendas».
Porque de Sión saldrá la ley,
de Jerusalén, la palabra del Señor.
4 Él juzgará entre las naciones
y será árbitro de muchos pueblos.
Convertirán sus espadas en arados
y sus lanzas en hoces.
No levantará espada nación contra nación,
y nunca más se adiestrarán para la guerra.
5 ¡Ven, pueblo de Jacob,
y caminemos a la luz del Señor!
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
1 Yo me alegro cuando me dicen:
«Vamos a la casa del Señor».
2 ¡Jerusalén, ya nuestros pies
se han plantado ante tus portones!
3 ¡Jerusalén, ciudad edificada
para que en ella todos se congreguen!
4 A ella suben las tribus,
las tribus del Señor,
para alabar su nombre
conforme a la ordenanza que recibió Israel.
5 Allí están los tribunales de justicia,
los tribunales de la dinastía de David.
6 Pidamos por la paz de Jerusalén:
«Que vivan en paz los que te aman.
7 Que haya paz dentro de tus murallas,
seguridad en tus fortalezas».
8 Y ahora, por mis hermanos y amigos te digo:
«¡Deseo que tengas paz!»
9 Por la casa del Señor nuestro Dios
procuraré tu bienestar.
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
11 Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya es hora de que despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos. 12 La noche está muy avanzada y ya se acerca el día. Por eso, dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz. 13 Vivamos decentemente, como a la luz del día, no en orgías y borracheras, ni en inmoralidad sexual y libertinaje, ni en disensiones y envidias. 14 Más bien, revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa.
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
El Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo,
según Mateo .
Gloria a ti, oh Señor.
Se desconocen el día y la hora
36 »Pero, en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo,[a] sino solo el Padre. 37 La venida del Hijo del hombre será como en tiempos de Noé. 38 Porque en los días antes del diluvio comían, bebían y se casaban y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; 39 y no supieron nada de lo que sucedería hasta que llegó el diluvio y se los llevó a todos. Así será en la venida del Hijo del hombre. 40 Estarán dos hombres en el campo: uno será llevado y el otro será dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo: una será llevada y la otra será dejada.
42 »Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben qué día vendrá su Señor. 43 Pero entiendan esto: Si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se mantendría despierto para no dejarlo forzar la entrada. 44 Por eso también ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen.
El Evangelio del Señor.
Loor a ti, oh Cristo.
“Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra.
Creo en Jesucristo, su Único Hijo nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día, resucitó de entre los muertos. Subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
Omnipotente Dios, concede que cuantos confesamos tu Nombre estemos unidos en tu verdad, vivamos unánimes en tu amor y manifestemos tu gloria en el mundo.
Señor, en tu misericordia
atiende nuestra súplica.
Dirige al pueblo de este país y de todas las naciones por caminos de justicia y paz, para que nos respetemos unos a otros y procuremos el bien común.
Señor, en tu misericordia
atiende nuestra súplica.
Danos reverencia por la tierra, que es creación tuya, para que utilicemos debidamente sus recursos en servicio de los demás y para tu honra y gloria.
Señor, en tu misericordia
Atiende nuestra súplica.
Bendice a aquéllos cuyas vidas están unidas a las nuestras, y concede que sirvamos a Cristo en ellos y nos amemos unos a otros, así como él nos ama.
Señor, en tu misericordia
Atiende nuestra súplica.
Consuela y sana a todos aquéllos que sufren en cuerpo, mente o espíritu; en sus tribulaciones dales valor y esperanza, y llévalos al gozo de tu salvación.
Señor, en tu misericordia
Atiende nuestra súplica.
Encomendamos a tu misericordia a todos los difuntos, para que tu voluntad se cumpla en ellos; y te pedimos que nos hagas partícipes con todos tus santos de tu reino eterno.
Señor, en tu misericordia
Atiende nuestra súplica.
Confesemos humildemente nuestros pecados a Dios todopoderoso.
Dios de misericordia,
confesamos que hemos pecado contra ti
por pensamiento, palabra y obra,
por lo que hemos hecho
y lo que hemos dejado de hacer.
No te hemos amado con todo el corazón;
no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Sincera y humildemente nos arrepentimos.
Por amor de tu Hijo Jesucristo,
ten piedad de nosotros y perdónanos;
así tu voluntad será nuestra alegría
y andaremos por tus caminos,
para gloria de tu Nombre. Amén.
La paz del Señor sea siempre con vosotros.
Y con tu espíritu.
La fuerza de St. George's se puede encontrar en su generosidad y compromiso.
Verso 1
Rey de mi corazon
A tu montaña correré
De tu fuente beberé
El es mi canción
Rey de mi corazón
Tu sombra me guardará
Mi vida rescatara
El es mi cancion
Coro
Bueno es dios dios oh
Bueno es dios dios oh
Bueno es dios dios oh
Bueno es dios dios oh
Verso 2
Rey de mi corazón
Tu viento me guiara
Se el ancla en tempestad
El es mi canción
Rey de mi corazón
Se el fuego en mi ser
El eco de mi vivir
El es mi canción
Puente
Tu no me fallarás
Nunca fallarás jamás
Tu no me fallarás
Nunca fallarás jamás
Fin
Cuando la noche se aferra a mí
Dios se aferra
Cuando la noche se aferra a mí
Dios se aferra
El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.
...proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:
Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
...Por tanto, proclamamos el misterio de fe:
Cristo ha muerto.
Cristo ha resucitado.
Cristo volverá.
Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó.
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.
Aleluya! Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
Celebremos la fiesta! Aleluya!
Nosotros no nos atrevemos a venir a ésta tu Mesa, oh Señor misericordioso, confiados en nuestra rectitud, sino en tus muchas y grandes misericordias. No somos dignos ni aun de recoger las migajas debajo de tu Mesa. Mas tú eres el mismo Señor, siempre misericordioso por naturaleza. Concédenos, por tanto, Señor, por tu clemencia, que de tal modo comamos la Carne de tu amado Hijo Jesucristo y bebamos su Sangre, que siempre vivamos en él, y él en nosotros. Amén.
Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios.
Gracias a Dios.
Omnipotente y eterno Dios, te damos cordiales gracias, porque nos has nutrido, en estos santos misterios, con el alimento espiritual del preciosísimo Cuerpo y Sangre de tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo; y nos aseguras por ello tu favor y bondad para con nosotros; y que somos verdaderos miembros incorporados al Cuerpo místico de tu Hijo, que es la bendita compañía de todo el pueblo fiel; siendo también, por medio de la esperanza, herederos de tu reino eterno.
Y te suplicamos, muy humildemente, oh Padre celestial, que de tal modo nos asistas con tu gracia que continuemos en tan santa compañía, y hagamos todas las buenas obras que tú has preparado para que andemos en ellas; mediante Jesucristo nuestro Señor, a quien contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
Verso 1
Cuando pienso en todo lo que has hecho
Mi alma canta
Aleluya
Tú me asombras con Tus maravillas
Por eso canto
Aleluya
Coro
Yo no temeré de acercarme
Perfume a Tus pies vengo a entregarte
No me cansaré de enamorarte
Tuyo seré ahora y por siempre
Aleluya
Verso 2
Yo perdido
Corriste hasta encontrarme
Y ahora canto
Aleluya
Ni la muerte
Podrá silenciarme
Mi canto es siempre
Aleluya
Puente
Dónde estaría yo si no fuera por Tu amor
Por siempre es Tu misericordia
Gracia me rescató gloria al Rey Hijo de Dios
Por siempre es Tu misericordia
La paz de Dios, que excede a todo entendimiento, guarde vuestros corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor
y la bendición de Dios omnipotente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sea con vosotros, y permanezca con vosotros eternament Amén
Id en paz para amar y servir al Señor.
Demos gracias a Dios.
¡Aleluya, aleluya!
Gracias por su visita a nuestra hermosa y pequeña iglesia. Alabar al Señor y adorarlo junto con nuestros hermanos y hermanas es una comunión como ninguna otra. ¡Siempre eres bienvenido a volver y unirte a nosotros!